NO TIENES POR QUE ESTAR SIEMPRE TRISTE Y SOLA
Cierta vez una persona me dijo: Hay tantas cosas desagradables que han sucedido en mi vida, que han terminado haciéndome sentir triste y sola y desanimada y sin esperanza. Yo ya no se que más hacer
Mi relación de pareja es un desastre, me siento mal tratada, no querida y abandonada, y mis amistades ya están hartas de escuchar mis llantos, así que termino quedándome sola, ya que no tengo energías ni ganas de hacer nada.
En realidad solo siento un disgusto intenso, porque pienso que ya no le intereso mas a nadie, y eso hace que me ponga triste y me enoje fácilmente.
Sé que necesito ayuda, pues todo lo que siento ganas de hacer es llorar. Y en realidad siento como si estuviera perdiendo el control de mi vida y como si todos los demás tuvieran control sobre mi vida menos yo.
Mi pasado me duele tanto que ya no sé cómo responder a las nuevas situaciones desagradables que se me presentan. ¿Qué es lo que puedo hacer?
Y la verdad es que todos los meses recibo gente que me cuenta sentimientos parecidos a los de este ejemplo, ya que por lo menos una cada 10 personas y algunas veces creo que son 1 cada 5 personas, se sienten desdichadas y deprimidas, pues su vida no es como les gustaría que fuera
Y si tanta gente sufre de lo mismo, uno podría preguntarse ¿por qué sucede esto? ¿por qué no solucionan el problema que les aqueja y salen de esa situación?
Y la respuesta a esta pregunta es más que obvia: No solucionan el problema que tienen sencillamente porque no saben cómo solucionarlo.
A lo cual yo agregaría que en realidad verdaderamente han perdido el control de su mente, ya que es su propia mente interior la que les persigue y les hace sufrir día tras día.
Y por eso me he especializado en la terapia de trance, puesto que la única forma de ayudar a estas personas es haciendo que su mente profunda en lugar de ser su enemigo se transforme en su aliado.
Si tú en alguna forma te sientes identificada con lo que te acabo de contar, puedes escribirme y con mucho gusto te ayudaré.
Con mis mejores deseos
Dr. Roberto A. Bonomi